5 consejos para un mejor acondicionamiento acústico en las escuelas

“Nuestra escuela es ruidosa, pero ¿qué podemos hacer al respecto?” Si usted es un maestro en un salón de clases, un arquitecto o un ingeniero acústico que está diseñando un preescolar o una escuela, estos consejos lo ayudarán a brindar un entorno acústico más inclusivo y de mayor calidad para el aprendizaje.

5 maneras de mejorar el sonido en las escuelas:

  1. Convertir a los estudiantes en científicos: ayuda a que descubran por sí mismos la importancia del sonido
  2. Fomentar la interacción respetuosa: reducir el ruido iniciado por los estudiantes
  3. Medir, medir, medir: usa la medición acústica regular para mejorar
  4. Priorizar la calidad: elegir materiales acústicos de “clase A”
  5. Reconstruir la igualdad: Diseñar aulas para el aprendizaje con igualdad de oportunidades

1. Analiza tu situación actual: ¡Deja que los niños hagan la investigación!

Las aulas pueden ser ruidosas por muchas razones: tráfico exterior, ventilación, proyectores, superficies duras y reflectantes, por mencionar algunas. Pero la mayor parte del ruido proviene de los propios niños. Un buen punto de partida para crear un buen entorno de aprendizaje es dejar que los alumnos sepan qué es el sonido, cómo les afecta el ruido a ellos y a sus compañeros de clase y por qué deben evitarse los niveles elevados de ruido. Enséñeles sobre el sonido en física, cómo nuestros cuerpos responden al ruido en biología y sobre la importancia de la inclusión en estudios sociales.

2. Controla el comportamiento: ¡fomenta la interacción respetuosa!

Las estrategias de resolución de conflictos y manejo del comportamiento pueden ayudar a los maestros a reducir el ruido y convertir su salón de clases en un entorno de aprendizaje más productivo. Por ejemplo, una  investigación internacional ha demostrado que The PAX Good Behavior Game es una caja de herramientas eficiente para promover un mejor comportamiento en las aulas, lo que tiene efectos positivos en una amplia gama de problemas de salud. Una herramienta es el juego de voz PAX, donde los maestros usan símbolos de manos para guiar a la clase al nivel de sonido adecuado para cada actividad.

Controle el comportamiento

3. Encuentra la brecha: ¡Mide, mide, mide!

No importa cuál sea el problema, el primer paso siempre es medir. Muchas instalaciones escolares son viejas y con eco. Esto puede causar que los niveles de sonido se acumulen ya que los niños necesitan hablar unos sobre otros para ser escuchados. Cada escuela debe tener personal asignado y rutinas para identificar áreas de mejora. Las mediciones acústicas deben llevarse a cabo regularmente para asegurarse de que todas las aulas sigan las pautas nacionales.

4. Repara la brecha: ¡No comprometas la calidad!

Un denominador común para las aulas con un buen ambiente acústico son los techos acústicos de alta calidad y los absorbentes de pared. Estos reacondicionamientos simples tienen un gran impacto en la salud, el bienestar y las habilidades de aprendizaje de los niños y los maestros. Asegúrese siempre de elegir materiales acústicos con una calidad de absorción de a = 0,9 o superior, también denominada clase A. También deben tenerse en cuenta otros elementos de calidad, como la calidad del aire interior, la seguridad contra incendios y el rendimiento sostenible. Para tomar decisiones informadas, elija productos con Declaraciones Ambientales de Producto y Declaraciones de Salud de Producto.

5. Reconstruye la igualdad: ¡Usa el Diseño Universal para el Aprendizaje como guía!

La mala acústica en las escuelas interrumpe el aprendizaje de los niños y causa estrés. Los niños con necesidades educativas especiales son los que más sufren. Esto incluye niños con problemas de audición, TDAH, en el espectro autista o que no estudian en su primer idioma. Las aulas deben estar diseñadas para dar a todos los niños en edad escolar la misma oportunidad de tener éxito. Un consejo es usar el Diseño Universal para el Aprendizaje (UDL) como guía. UDL es un marco que asume que las barreras para el aprendizaje están en el diseño del entorno, no en el niño. Asegurar que los niveles de ruido en las aulas vacías no superen los 30 dB, de acuerdo con las recomendaciones de la OMS para niños con necesidades educativas especiales. Las aulas que cumplen con las recomendaciones de la OMS son buenas aulas para todos los escolares.