
Comedores escolares – Normas y requisitos acústicos
Las normas internacionales facilitan, a través de una regulación, recomendación o definición de métodos de ensayo o cálculo… que las cosas funcionen y/o sean hechas como se pretende, a la vez que proporcionan especificaciones reconocidas mundialmente para productos, servicios y sistemas por igual.
Afortunadamente, la “conciencia acústica” sobre el impacto que tiene el ruido en nuestras vidas diarias y nuestra salud, independientemente del ambiente considerado (laboral, escolar, hospitalario…), está creciendo. Fruto de eso, es la proliferación de normas acústicas. No obstante, todavía queda un largo camino por recorrer para dotar a los espacios interiores un confort adecuado.
El ruido nos afecta a todos
La audición de los niños no se desarrolla completamente hasta la adolescencia. Por lo tanto, los niños ni comprenden su entorno sonoro en la misma medida que los adultos ni el efecto que su comportamiento (al generar ruido cuando juegan, por ejemplo) puede tener en los demás. Aunque los niños a menudo no parecen verse afectados por niveles altos de ruido, esto no significa que la exposición a niveles elevados no influya en su audición y niveles de estrés. Más bien, implica que no tienen la capacidad de registrar, autoinformarse y actuar sobre la exposición al ruido. Algunos niños pueden ser particularmente sensibles al ruido y pueden responder distanciándose física y socialmente e incluso volviéndose agresivos. Asimismo, el personal puede estar expuesto a niveles de ruido de igual magnitud que los trabajadores de las fábricas. Sin embargo, debido a la naturaleza de su trabajo, no pueden usar protección auditiva. Por tanto, es importante que el ruido se considere específicamente en la planificación diaria y que se deleguen responsabilidades, especialmente en espacios potencialmente ruidosos como los comedores escolares. Nuestra audición no solo se ve afectada por ruidos particularmente fuertes, sino también por el período de exposición.
El ruido – potencial causante de enfermedades profesionales
Recientemente, la justicia reconoció como enfermedad profesional la hipoacusia por ruido de una trabajadora de un comedor escolar. Muchos de los ruidos a los que están sometidos a diario los trabajadores de este tipo de espacios (a menudo no acondicionados acústicamente), superan los 80 dB estipulados en el artículo 5 del RD 286/2006 sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición al ruido, a partir del cual se requiere una acción. Así, el alboroto de los niños en espacios a menudo no acondicionados acústicamente, el ruido de las bandejas y platos… a los que están sometidos a diario tanto niños como personal de comedor, pueden causar a largo plazo pérdidas auditivas y sorderas parciales, como se le diagnosticó a la trabajadora anteriormente citada.
¿Existen normas que regulan el acondicionamiento acústico y el confort dentro de comedores escolares? ¿cuáles son? ¿qué parámetros limitan? ¿Cómo son las normas españolas comparadas con las de otros países europeos?... A continuación, se expone una tabla-resumen con las normas, requisitos y recomendaciones de acondicionamiento acustico de algunos países europeos para comedores escolares/restaurantes.
Tabla 1 – Requisitos/recomendaciones de acondicionamiento acútico en comedores escolares. TR, o T[s] denota el tiempo de reverberación, A [m2Sabine] la absorción equivalente, h[m] la altura de la estancia, y S[m2] la superficie en planta del espacio.