Ruido en centros comerciales

Los centros comerciales son frecuentados no solo por personas que realizan actividades comerciales, sino también con fines sociales y de ocio. Esto hace que exista una gran circulación en los distintos espacios del centro comercial, que por lo general son de gran volumen, diáfanos, y con techos altos. Además, también existe a menudo un área de restauración donde se aglomera un gran número de personas, lo que puede generar niveles de ruido elevados que pueden crear ambientes sonoros incómodos e incluso perjudiciales para la salud de los usuarios, como ha alertado la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) en alguna ocasión.

Modificando el comportamiento de la gente con el ruido

El “espacio acústico” de un centro comercial está orquestado por la gerencia del mismo, para promover un sentido estimulante y placentero del lugar propicio para sus propósitos económicos, políticos y sociales: hacer que las personas gasten tiempo y dinero dentro del establecimiento. Con el ruido (no deseado) y el sonido (deseado) se puede malear en cierta medida el comportamiento de los visitantes. En el estudio presentado en [1], por ejemplo, algunos de los participantes confesaron que la música que reproducían en alguna tienda les animaba tanto, que les preocupaba comportarse de una manera inadecuada (bailar o cantar) dentro del comercio. Los que tuvieron respuestas negativas, por el contrario, eran consumidores que sintieron que la música de ciertas tiendas era "discriminatoria", en el sentido que parecía dirigida a grupos particulares de género o edad que los excluían. El volumen demostró ser otra fuente importante de inquietud; cuanto mayor era el volumen, mayor la “imposición” que sintieron los compradores. Algunos evitaron espacios comerciales "ruidosos" y otros informaron haber comprado más rápido de lo que les hubiese gustado.

En los experimentos presentados en [2], se demostró que la música y ruido a bajo volumen aumenta las ventas de alimentos saludables debido a la relajación inducida, mientras que niveles de ruido alto tienden a aumentar los niveles de emoción y agitamiento, lo que a su vez se traduce en elecciones de alimentos poco saludables. Otros estudios han demostrado que el aumento de los niveles de ruido puede incrementar el consumo de bebidas, ya que la "excitación" producida estimula a beber más rápido y pedir más [3,4]. Esos niveles de ruido (y su tipo) pueden incluso llegar a alterar el gusto y el olfato [5-7].

 

Niveles de ruido perjudiciales para la salud

Los efectos del ruido en la salud pueden ser auditivos (niveles superiores a 85 dBA aumentan el riesgo de pérdida auditiva permanente [8]) o no auditivos, como por ejemplo trastornos del sueño o enfermedades cardiovasculares. Estos efectos pueden ser controlados y contrarrestados con un adecuado diseño acústico [9,10].

En [11], se analizaron cuatro centros comerciales portugueses. Para ello, se realizaron medidas del tiempo de reverberación (TR), ruido de fondo y RASTI (medida de la inteligibilidad) en varias condiciones de ocupación, y tanto en el área de restauración como en el piso más bajo del centro comercial. Se demostró que los niveles de ruido dependían fuertemente de la altura de los techos, del número de pisos del establecimiento, del tipo de galerías y pasillos, así como de los coeficientes de absorción acústica de los revestimientos. Los valores de TR medidos oscilaban entre 1.7 y 3.2 segundos, y los del nivel de ruido desde 67 dB a 70 dB. Los valores del RASTI (medido "sin ocupación") fueron de entre 0.41 y 0.51 (estimado "con ocupación", los resultados habrían sido probablemente peores). Por último, en este estudio proponen valores diana de diferentes parámetros acústicos para centros comerciales: RT=1.1-1.3 segundos (media de 500, 1000 y 2000 Hz), LAeq≤55 dB y RASTI≥0.45.

El caso de estudio presentado en [12], se investigaron tres pisos de Sheffield's Meadowhall, uno de los centros comerciales cubiertos más grandes del Reino Unido. Además de mediciones acústicas “objetivas” (nivel de ruido equivalente y tiempo de reverberación), también se realizaron encuestas sobre el confort acústico a los clientes y al personal que trabajaba en el mismo. Las medidas acústicas arrojaron niveles del tiempo de reverberación y de nivel de ruido elevados (este último fluctuando considerablemente según la hora y el día). Las evaluaciones subjetivas demostraron depender, además de los índices acústicos objetivos, de otros factores como el tiempo de estancia en el centro comercial, las actividades que se iban a desarrollar del tipo de sonido e incluso del confort acústico de los hogares del respondiente.

En el centro comercial estudiado en [13], se realizaron medidas (durante una semana) del tiempo de reverberación (TR), sin ocupación, así como de los niveles equivalentes de presión sonora (LAeq) con ocupación en diferentes momentos del día. Las mediciones se realizaron en diferentes lugares, elegidos en función de su uso: área de tiendas, entradas, zona de restauración y área de juego. El confort acústico de los trabajadores se evaluó también subjetivamente a través de un cuestionario. Los valores promedio del TR que se midieron oscilaron entre 0.9 segundos (en la zona de restauración) y 1.4 segundos para la entrada principal. El LAeq, a su vez, alcanzó un mínimo de 58 dB en el área de compras durante la madrugada, y un máximo de 83 dB en el área de juego durante la tarde/noche. Los resultados del cuestionario mostraron que los dolores de cabeza y las dificultades en comunicarse con los demás son los problemas más habituales inducidos por el ruido entre los trabajadores, que se produjeron en el 47.1% y el 38.2% de los encuestados respectivamente.

Valores más altos de niveles de ruido se reportaron en [14], donde la presión sonora alcanzó valores de 75 dBA y 81 dBA para dos áreas de restauración diferentes. Según el estudio, esto se debían a la activación del efecto Lombard, que es la tendencia involuntaria a incrementar el esfuerzo vocal cuando se habla en un lugar ruidoso para mejorar la audibilidad de la voz, lo cual aumenta en consecuencia el nivel de ruido de la estancia.

Una buena acústica como fuente extra de facturación

En un estudio presentado por el autor de este artículo en el congreso internacional de acústica Internoise 2019 [15], se demostró que además de confort, un buen acondicionamiento puede aumentar la facturación de un restaurante, lo que es un dato importante a tener en cuenta en zonas de restauración de centros comerciales. A esta conclusión se llegó tras evaluar el efecto de una rehabilitación acústica (mediante la instalación de soluciones de acondicionamiento acústico) de tres formas: (i) cuestionarios (ii) mediciones de diferentes parámetros objetivos acústicos (iii) un análisis financiero.

En el estudio, además de la mejora ostensible de todos los parámetros acústicos objetivos tras la remodelación (tiempo de reverberación, claridad del habla y fuerza sonora) debido a la introducción de material absorbente Clase A, los cuestionarios revelaron que se mejoró la satisfacción de los usuarios con los niveles generales de ruido y la facilidad para comunicarse con otros comensales. En consecuencia, mejoraron también las opiniones en plataformas online (concretamente, en “El Tenedor” subieron de un 8 a un 8.4). Por último, la facturación en los 6 meses posteriores a la renovación con respecto a los mismos meses del año anterior aumentó un 11% (no habiendo variado la lista de precios), siendo el tiempo de retorno de inversión (sobre el beneficio, no sobre la facturación) de 4 meses. Además, no se interrumpió la actividad del restaurante en ningún momento durante la instalación del material.

 

Diseño acústico de un centro comercial

El diseño acústico de centros comerciales es un tema complejo, ya que se trata de un campo interdisciplinario (física, arquitectura, psicología, higiene, etc.) donde entran en juego muchos factores (económicos, científicos, diferencias individuales, etc.) y participantes (propietarios, clientes, instituciones, etc.). Además, el habla es una fuente de sonido individual, dinámica y bastante impredecible que no es fácil de manejar, ya que diferentes personas se ven afectadas de diferentes maneras. Por último, los volúmenes de estos recintos son habitualmente grandes, y en ellos se desarrollan actividades muy diferentes (juegos de niños, restauración, compras…) y donde también existen otras fuentes de ruido (junto con la voz) como equipos de refrigeración, bombas, etc.

Todo lo anterior dificulta la generalización del diseño acústico, haciendo que haya que estudiar proyecto por proyecto. La calidad acústica de un centro comercial depende de numerosos factores: del número de pisos, la altura, la morfología del espacio, el volumen, de la configuración de las galerías y pasillos que unen los diferentes espacios y por los que se propaga el ruido, las fuentes sonoras, etc. Asimismo, los materiales utilizados y sus revestimientos superficiales (a menudo materiales reflectantes de sonido como cerámica, mármol o vidrio) ayudan a que los niveles de ruido escalen. Para reducir la reverberación del espacio, mejorar la inteligibilidad, reducir la propagación del ruido y en definitiva aumentar el confort, habrá que utilizar soluciones de acondicionamiento acústico tanto en techos como en paredes.

Solo mediante un diseño acústico adecuado podremos asegurarnos que el nivel de ruido no exceda los límites recomendados, reduciendo así los efectos negativos de la exposición al ruido en la salud (auditivos o no auditivos). Como apunta el autor en [16], la solución para este problema radica en los posibles beneficios económicos para el propietario en la mejora de las condiciones acústicas, y no solo en medidas legislativas.

REFERENCIAS:

[1] You Stop the Music: How Sounds in Retail Stores Divide Shoppers

[2] D. Biswas, K. Lund, C. Szocs: Sounds like a healthy retail atmospheric strategy: Effects of ambient music and background noise on food sales, Journal of the Academy of Marketing Science, 47, pp 37–55, 2019.

[3] N. Guéguen, H. Le Guellec, C. Jacob: Sound level of background music and alcohol consumption: An empirical evaluation. Perceptual&Motor Skills, 99, pp.34-38, 2004.

[4] N. Guéguen, N. C. Jacob, H. Le Guellec, T. Morineau, M. Lourel: Sound Level of Environmental Music and Drinking Behaviour: A Field Experiment with Beer Drinkers. Clinical and Experimental Research, 32, pp.1795-1798, 2008.

[5] L.D. Stafford, M. Fernandes, E. Agobiani: Effects of noise and distraction on alcohol perception, Food Quality & Preference, 24, pp.218-224 2012.

[6] A.T. Woods, E. Poliakoff, D.M. Lloyd, J. Kuenzel, R. Hodson, H. Gonda, J. Batchelor, G.B. Dijksterhuis, A. Thomas: Effect of background noise on food perception. Food Quality and Preference, 22, pp. 43-47, 2011.

[7] A. Fiegel, J.F. Meullenet, R.J. Harrington, R. Humble, H.S. Seo: Background music genre can modulate flavor pleasantness and overall impression of food stimuli, Appetite, 76, pp. 144-152, 2014.

[8] The United State, Department of Labor, Occupational Safety and Health Administration. Code of Federal Regulations, Title 29, Part 1910, Section 1910.95—Occupational Noise Exposure. 1 July 2011.

[9] M. Basner, W. Babisch, A. Davis, M. Brink, C. Clark, S. Janssen, S. Stansfeld: Auditory and non-auditory effects of noise on health. Lancet, 383, pp.1325–1332, 2004.

[10] W. Passchier-Vermeer, W.F. Passchier: Noise Exposure and Public Health. Environ. Health Perspect, pp.108, 123, 2000.

[11] A. Carvalho, C. Pereira: Sound and Noise in Shopping Malls, Proceedings of Noise-Con 2016, Providence (USA).

[12] B. Chen, J. Kang: Acoustic Comfort in Shopping Mall Atrium Spaces - A Case Study in Sheffield Meadowhall, Architectural Science Review, 47(2), pp 107-114, 2014.

[13] N. Alnuman, Z. Altaweel: Investigation of the Acoustical Environment in A Shopping Mall and Its Correlation to the Acoustic Comfort of the Workers, Applied Sciences, 10(3), pp 1170, 2020.

[14] R. Pimentel, L. Soares-Esmeraldo, M. Nunes-Navarro: Sound Pressure Levels in Food Courts or Shopping Centers, Noise&Vibration Worldwide, 39(5), pp 26-30, 2008.

[15] J. Negreira, C. Svensson, N. Oseland, R. Canto: Good acoustics as an extra source of income in restaurants – A case study, Internoise 2019, Madrid.

[16] J. Hopkins: Orchestrating an Indoor City: Ambient Noise Inside a Mega-Mall. Environmental Behaviour, 26, pp.785-812, 1994.

 

 

Autor: Juan Negreira, Doctor Ingeniero Acústico, Concept Developer (Saint-Gobain Ecophon España), Profesor Universidad Lund (Suecia) & La Salle (Barcelona)